Cuando hablamos de España vaciada, nos referimos a un fenómeno que apareció durante la Revolución industrial y que se ha ido acrecentando durante las últimas décadas en España. Sin embargo, actualmente la digitalción puede ser parte de la solución. ¡Sigue leyendo!
Antecedentes del fenómeno de la España vaciada
La actual revolución tecnológica de nuestra sociedad está orientada hacia una mayor modernización y un avance hacia la innovación que nos haga más competitivos en todos los sectores de modo que mejore nuestro posicionamiento a nivel mundial.
A mediados del siglo XVIII, España era un país eminentemente rural, que subsistía casi exclusivamente con los productos de primera necesidad que generaba sin capacidad para acometer grandes cambios a nivel industrial o tecnológico, tan solo Cataluña y País Vasco, fueron capaces de ser la excepción a la regla, exportando el excedente de sus cultivos al resto de países europeo o explotando los recursos del carbón y el hierro, si bien, muy lejos del resto de regiones que ya habían iniciado su auténtica revolución industrial con Reino Unido a la cabeza, seguido de Francia o Alemania.
A estos primeros atisbos, siguieron otros leves intentos de industrialización y durante el reinado de Isabel II, fue solo la industria textil y la siderúrgica, abastecida de tecnología inglesa y capital extranjero, sobre todo de origen francés, británico y belga, la que salvo a España de caer en el más absoluto de los fracasos en el viaje de la revolución industrial. Ya entrados en el siglo XIX, tampoco se dieron las premisas que favoreciesen esta desarrollo industrial en España cuando en otros países ya se estaba iniciando la Segunda Revolución Industrial, basada en el petróleo, la electricidad, el acero y el desarrollo de los medios de transporte a motor y eléctricos.
El medio rural quedó estancado, y pese a los esfuerzos para modificar las estructuras de propiedad de las tierras, con las desamortizaciones, la falta de inversiones en mejoras técnicas hizo que la productividad decayese y se estancara aún más. La diversidad del espacio rural derivaba entre otros aspectos, del clima, del relieve de cada región y de la capacidad de desarrollo técnico de la sociedad de cada zona, así como de su grado de ocupación. Y así ha seguido siendo hasta nuestros días.
La España vaciada en el siglo XXI
En la evolución de la población siempre se ha dado una especie de inflación urbana frente a una deflación rural; frente al auge urbano se produce un declive rural, y según Molinero Hernando, profesor de la Universidad de Valladolid, “ En 1900 la densidad rural de España era de 28 hab/km2, frente a una media general de 37,2, mientras que en 2020, la densidad de la España rural había subido hasta los 30,2 hab/km2 , en tanto que la general alcanzaba los 92,8.
En efecto, el espacio rural español es más denso en 2020 que en 1900, pero entonces la población rural estaba repartida equilibradamente mientras que hoy encontramos 3139 municipios, con casi un 38% de la superficie de España, que están por debajo de 8 hab/km2 . Son los del rural profundo y estancado; son los de la España perdedora”.
Por ello, no debemos dejar que el mundo rural, una vez más, en esta alocada carrera de las oportunidades que brinda la digitalización, se quedé atrás. Introducir de lleno las nuevas tecnologías en los entornos rurales hará de ellos, una opción igual de viable a la de las grandes urbes, donde la llegada de infraestructuras e innovación, les hará a esos municipios más estancados, conectarse de lleno con el resto del mundo, accediendo a la globalización de servicios.
En pleno siglo XXI, tanto el actual gobierno español como los anteriores, no han sido ajenos a estas referencias históricas ni a la actual situación que atraviesa el campo, y a lo largo de las dos últimas décadas, se han ido adoptado y aplicando programas para el avance digital, en línea con la agendas digitales que marcan los países del marco de la Unión Europea.
La transición energética es una política europea que ha de ser transversal y debe trasladarse a nuestro entorno rural más cercano, para que esa España cada vez más vacía, sea atractiva para nuevas generaciones que quieran asentarse allí, y a la vez, evitaremos, en la mejor de las ocasiones, la creciente despoblación rural y el éxodo del interior de la península.
El imparable auge de la digitalización en las zonas urbanas y más desarrolladas del país, se muestra como la mejor herramienta para reactivar la economía del ámbito rural; es preciso un trasvase de valores y mecanismos tecnológicos de grandes empresas e inversores en I+D+I al medio rural, a esa España vaciada, hay que invertir en la de reducción de esa brecha digital que existe entre un sector y otro de la población, y para ello, la instalación de conexiones eficientes a internet y el emprendimiento se hace imprescindible.
La “Estrategia De Digitalización 2026” del gobierno, supone una hoja de ruta para la transformación digital del país, es una estrategia ambiciosa para aprovechar plenamente las nuevas tecnologías y lograr un crecimiento económico más intenso y sostenido, rico en empleo de calidad, con mayor productividad y que contribuya a la cohesión social y territorial, aportando prosperidad y bienestar a todos los ciudadanos en todo el territorio.
Con este objetivo, se pretende aproximar la digitalización a las zonas rurales, y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha desarrollado la Estrategia de Digitalización del Sector Agroalimentario y Forestal y del Medio Rural, alineada con la Estrategia de Digitalización 2026, el Plan de Recuperación de la Unión Europea y la Política Agraria Común.
7 planes para España digital
Hasta el momento se han aprobado 7 planes dentro de la “Estrategia España Digital” , siendo 4 de ellas herramientas de gran impulso para zonas rurales:
- Conectividad Digital:
- Impulsar la vertebración económica, social y territorial del país.
- Impulsar el desarrollo de las infraestructuras digitales como palanca de crecimiento económico.
- Cerrar las nuevas brechas de desigualdad social por la falta de acceso o uso de Internet.
- Posicionar a España como el polo de infraestructuras digitales de interconexión transfronterizas de referencia del sur de Europa.
- Transformación de empresas y emprendimiento digital:• Acelerar la Transformación Digital de las Pymes
• Impulsar el emprendimiento digital nacional e internacional residente en España
• Impulsar la proyección internacional del emprendimiento digital nacional
• Atraer teletrabajadores del resto del mundo - Estrategia de impulso de la Tecnología 5G:
• Reforzar la posición de liderazgo de España en desarrollo y despliegue de redes 5G
• Desarrollar un entorno confiable para el despliegue de los servicios
• Apoyar el despliegue temprano del 5G por parte de los agentes económicos.
- Proyectos tractores de digitalización sectorial:• Liderar el cambio disruptivo de manera inclusiva y sostenible
• Focalizar los esfuerzos de digitalización en sectores económicos clave.
¿Cuales serán las ventajas para el medio rural si todos los objetivos marcados por los gobiernos llegan finalmente a cumplirse?
Evidentemente, conseguiremos que las zonas de España que hoy se han denominado como las de la España Vacía, sean más atractivas para los jóvenes, para los emprendedores que deseen asentarse en dichas zonas.
Conseguiremos que el uso de las nuevas tecnologías, el uso de internet, el uso de las comunicaciones del ciudadano del entorno rural con las administraciones públicas a través de la red, (como lo es el uso del certificado digital, tema que ya trataremos en otra ocasión en el blog de CertificadoElectronico.es), no se convierta en generador de problemas e inconvenientes más que en beneficios.
Según la Secretaría General para el reto demográfico del Ministerio para la Transición Económica y el Reto Demográfico, se contará con una inversión superior a 10.000 millones de euros -en torno al 10% del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia- en un total de 130 actuaciones orientadas a luchar contra la despoblación y garantizar la cohesión social y territorial y con ello se pretende eliminar la brecha urbano-rural e impulsar actuaciones sobre el territorio para reactivar las zonas más afectadas por las urgencias del reto demográfico.
Esperemos que en esta nueva era de la digitalización, los territorios rurales y más desfavorecidos, con mayores dificultades para competir en mercados globalizados, no se queden atrás en la carrera, como ocurrió siglos atrás con la Revolución Industrial.
