De autónomo a empresa: ¿cómo se hace? Si tu negocio va en auge y facturas cerca de 40.000 euros al año, podrías dejar de ser autónomo y ‘convertirte’ en empresa. Esto tiene ventajas, te contamos cuáles son. Si trabajando como autónomo tus ingresos han crecido notablemente, hasta llegar a ser de 40.000 a 60.000 euros, por una parte, ¡enhorabuena, estás creciendo!; por otra parte, tendrás que pagarle más a Hacienda… cosa que no pasaría si constituyes una S.L.
Este beneficio y otros factores es lo que trae pasar de trabajar como autónomo a convertirse en una empresa. En este artículo te contamos todo lo que debes saber.
¿En qué consiste ser una Sociedad Limitada?
Ya sea que tú o varias personas vayan a constituir una empresa o Sociedad Limitada, esto implica cumplir con una serie de características:
- Al constituirse se deben firmar estatutos y una escritura pública ante notario y entregarlos en el Registro Mercantil con las aportaciones de cada socio y porcentajes de capital correspondientes.
- Una vez constituida, la SL obtiene la personalidad jurídica, es decir, que a efectos legales y fiscales la sociedad tiene plena capacidad para contraer obligaciones y ejercer actividades que generan responsabilidad frente a terceros e incluso frente a sí misma. La SL se convierte en “una persona” totalmente distinta de los socios que la constituyan.
- Una SL está formada por un número de socios (o un solo socio) que gestionan la empresa.
- Se debe registrar un nombre único de denominación social en el Registro Mercantil Central con la abreviatura S.L. al final.
- El dinero o bienes invertidos en la empresa deben sumar un mínimo de 3.000 €. Ese capital se divide entre participaciones de los socios con diferentes porcentajes.
- Establecer un lugar en el que se encuentra la empresa en España.
- La empresa debe tener una actividad o varias actividades. Se debe intentar añadir un número amplio de actividades para evitar hacer gastos administrativos después para aumentar esta lista.
- La SL puede ser administrada por un administrador único, por administradores solidarios (todos actúan por cuenta propia y afectando a todos), mancomunados (actuación conjunta) o por un consejo de administración (3 o más administradores).
- La responsabilidad de la gestión de la S.L. recae al 100% sobre los administradores. Los socios no tienen por qué ser responsables de gestionar la SL, ya que puede que solo hayan aportado capital.
- Debe haber una Junta para toma de decisiones de la empresa, que se convoca con la frecuencia que se estime oportuna. Sirve para aprobar las cuentas anuales, reparto del resultado, modificaciones de estatutos, ceses y nombramientos de administradores, etc.
Ventajas de convertirse a Sociedad Limitada
Reducción de carga fiscal
Como te dijimos antes, puedes adquirir una reducción de carga fiscal al tener que tributar por el Impuesto de Sociedades. Usualmente como autónomo, el IRPF que pagas puede variar desde el 19% hasta un 47,5% para las rentas más altas.
Hay que tener en cuenta que si todos los ingresos serán para beneficio personal y no dejarás una parte como patrimonio de la sociedad, finalmente acabarías tributando por IRPF, por lo que no tendría mucho sentido constituir la sociedad.
Protección del patrimonio personal
Como autónomo, la protección que tiene tu patrimonio personal es cero. Si no puedes pagar tus gastos, los proveedores pueden saldar sus deudas con tus bienes personales (dinero en tu cuenta bancaria, coche o tu casa).
En una SL hay un escudo protector de patrimonio personal. La responsabilidad de cada uno de los socios es limitada al capital aportado. Es decir, si para constituir la Sociedad Limitada aportaste 1.000 €, ese será el dinero que arriesgues, ya que la sociedad solo responde con sus propios bienes.
Colaboración con administraciones públicas
Si queremos presentarnos a alguna licitación pública, el estar constituidos como sociedad limitada facilita y agiliza los trámites en gran medida.
Pasar de autónomo a empresa: paso a paso
¿Ya tomaste la decisión? Excelente, entonces debes hacer lo siguiente para constituirse como empresa:
- Informar en la Seguridad Social del cambio: Como autónomo estás inscrito en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). A la hora de dar el salto a la SL podrías darte de baja o modificar los datos de tu registro. Esto último es lo más fácil, en caso de convertirte en “autónomo societario” sólo deberás presentar el Modelo TA521/6 y hacer una variación de la información consignada en la Seguridad Social.
- Anunciar tu S.L. en el Registro Mercantil: Debes obtener un Certificado de Denominación Social en el Registro Mercantil para garantizar que el nombre que vas a poner a tu sociedad es original: nadie lo ha usado antes y nadie podrá usarlo a partir de ese momento.
- Abrir una cuenta bancaria que esté a nombre de la sociedad, es donde ingresará el capital social.
- Redactar los estatutos de la sociedad: tienes que incluir el nombre de la empresa, domicilio, objeto y capital social, y la forma de gestión y de adopción de acuerdos.
- Firmar ante notario: Tendrás que ir a un notario para que quede constituida legalmente y firmar la escritura pública de constitución de tu sociedad.
- Obtener el NIF (Número de Identificación Fiscal).
- Ponerte al día en Hacienda: Aquí encontrarás varios escenarios.
- Si eres persona física:
Si la actividad que estabas desarrollando como persona física, estaba clasificada como “profesional” según el IAE, y será la misma actividad que harás mediante la sociedad (es decir, a partir de ahora factura la SL y no tú), estamos ante una actividad económica en la que tú serás autónomo societario.
En este caso, no tienes que darte de baja como persona física en Hacienda, ya que tendrás que facturar a tu propia sociedad mensualmente por los servicios concretos que realices y tu sociedad te retribuirá esas facturas. Lo que sí tendrás que hacer es actualizar en el RETA la base de cotización como autónomo societario.
Pero, si tu actividad como persona física estaba encuadrada en el IAE como “empresarial” y la sociedad seguirá manteniendo la misma actividad, sí que deberás darte de baja en Hacienda como persona física; ya que la relación con tu sociedad tendrá un carácter laboral, retribuyéndote mediante nómina, y solamente presentará impuestos la Sociedad por la actividad desarrollada.
Igualmente, deberás modificar tu base de cotización en el RETA. Aún así, tendrás que adecuar los epígrafes del IAE con los que estabas dado de alta, a la realidad de la S.L.
- Si eres persona jurídica:
Tendrás que dar de alta censal a la sociedad a través del modelo 036, indicando la fecha de inicio de actividad como punto de partida de tu relación con la AT. Igualmente, tendrás que presentar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, cumplimentando el Modelo 600, con el importe de la aportación al capital social, aunque es un tributo que está exento desde 2010. Es decir, que la presentación del impuesto es obligatoria, pero no pagarás nada.
Resumiendo, pasar de ser autónomo a una sociedad o empresa es un proceso beneficioso que puede ser largo en burocracia, pero sencillo si haces correctamente los pasos indicados. Muchos de los procesos te los ahorras si tramitas el papeleo vía telemática identificándote con un certificado digital. Si no tienes uno, con CertificadoElectronico.es te ahorras tiempo y desplazamientos obteniéndolo en unos minutos sin moverte de casa.
